Por Carlos Pinto*
Muchos son los pappers publicados acerca de la conveniencia de avanzar en nuestras empresas con la adopción de tecnología en pos de su mejora de la competitividad, bajo títulos: “Cómo combatir la Brecha Digital”, “Hacia la provechosa Transformación Digital en las empresas”, etc.
La invitación (casi un mandato) acerca de la necesidad de incorporar la tecnología en nuestras empresas, está originada por las inmensas ventajas que ésta genera. Cuestión que podemos palpar claramente en el beneficio que ha aportado la incorporación de la tecnología en nuestra vida cotidiana como Uber, Pedidos Ya, Mercado Libre, entre muchas otras, son vívidos ejemplos de aspectos modificadores de nuestro estilo de vida, ganando tiempo y comodidad. Esta aseveración, plantea una visión particular: Se trata del paralelo entre las mejoras de vida personal y la optimización de competitividad en las empresas que un mismo mecanismo, el del aporte de los desarrollos digitales, suma en ambos casos. Son las dos caras de una misma moneda.
Este marco conceptual está muy claro en el concierto mundial. En el hemisferio norte ambas situaciones son altamente valoradas; en un caso por los propios ciudadanos y en el otro por los directivos de las empresas. Lo dijimos anteriormente. De acuerdo con relevamientos del BID, sólo un 3,8% de las empresas argentinas se considera cómo líder en la digitalización de sus negocios. El 64% directamente se concibe como “rezagada”. Un contraste notable con las compañías de Brasil, que se proyectan en esos avances. Hoy la brecha digital empresarial impacta en la productividad y desarrollo local.
A contramano de esta tendencia global, muchas empresas locales destinan valiosos recursos de Sistemas a “reinventar la pólvora”. Históricamente dichos recursos, nunca estaban libres. Es más, la lista de proyectos a desarrollar era inmensa. Ese llamado “backlog de proyectos” en líneas generales es el que “teóricamente” estaría orientado a ir enriqueciendo a la empresa con soluciones de digitalización para mejorar el perfil competitivo de esas empresas, hacerlas más eficientes y fuertes para enfrentar mercados cada vez más complicados, sofisticados y con un creciente número de jugadores de cualquier parte del mundo. Paradójicamente, se están usando valiosos recursos informáticos en pos de reemplazar un servicio tercerizado en manos de especialistas que lo brindan para una multitud de empresas, en un marco de alta valoración del mismo por parte de los usuarios. Esa ecuación no puede ser más mezquina. Es reducir un supuesto “gasto” en esas soluciones tercerizadas de reconocida performance y solidez, por una pseudo-solución casera que supuestamente “haría lo mismo”. Para continuar con el paralelismo hogareño: sería ponerse a inventar una app de delivery para no pagar la comisión.
Lamentablemente, en el mercado local hay casos donde una gran carga horaria de Sistemas es utilizada para reemplazar de manera “casera” herramientas largamente estudiadas y completas en cuanto a experiencias de los usuarios. Se trata de soluciones Software-As-A-Service (SaaS) de vendors especializados, con funcionalidades testeadas por enormes cantidades de usuarios y altos estándares de seguridad y estabilidad. Estas soluciones resultan subestimadas, al intentar su reemplazo por emparches “made in home” que normalmente, no tienen en cuenta que alrededor del 90% de los costos en los esquemas para su procesamiento y mantenimiento “live” 24 x 7 no son previstos y por ende no entran en la ecuación económica, según People HR /Saas Report Overview hablando de costos ocultos e ineficiencias.
En países desarrollados, los recursos propios de IT se dedican para avanzar en mejoramiento del negocio, del core de cada empresa, que NO puedan ser conseguidas con servicios tercerizados específicos con modalidad de procesamiento mediante S-As-A-Service.
Las alternativas de especialistas, en particular con la modalidad SaaS, cuentan con claras ventajas. No sólo permite disponibilizar los recursos de IT propios para el negocio de cada empresa, sino que también libera costos y tiempos en términos de hardware, implementación, customización, mantenimiento, actualizaciones, entre otros. Otros diferenciales claros son el soporte de una mesa de ayuda, la redundancia de procesamiento y demás aspectos técnicos que ellas tienen, en pos de ofrecer el servicio a múltiples clientes bajo ciertas características, muchas veces comprometidas en exigentes SLA (Service Level Agreement) con tiempos de respuesta y porcentajes de disponibilidad ininterrumpida.
Esperamos que la paulatina eliminación de las barreras que nos impuso la pandemia permita visualizar cada vez más los beneficios de la digitalización y la especialización de proveedores IT. También apelamos a que se fortalezcan las voces de los directores del área para que puedan persuadir a la dirección acerca del uso más inteligente de ese importante recurso, con el foco siempre puesto en la mejora de la competitividad empresarial y a través de una misión innovadora. Esta ecuación es altamente rentable, en el corto, mediano y largo plazo..
Le pedimos a San Peter Drucker que los ilumine…
*Presidente de Planexware